domingo, noviembre 25, 2012

Destino: poesía # 5


Rimas, Gustavo Adolfo Bécquer

XLIII

Dejé la luz a un lado, y en el borde
de la revuelta cama me senté,
mudo, sombrío, la pupila inmóvil
clavada en la pared.

¿Qué tiempo estuve así? No sé; al dejarme 
la embriaguez horrible del dolor,
expiraba la luz, y en mis balcones
reía el sol.

Ni sé tampoco en tan horribles horas
en qué pensaba y qué pasó por mí;
sólo recuerdo que lloré y maldije,
y que en aquella noche envejecí.

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